jueves, 22 de octubre de 2015

Los escritos de Gianna...

“Esta vez será un alumbramiento difícil, y tendrán que salvar a una o al otro – quiero que salven a mi bebé”.
Hoy hay mucha superficialidad en nuestro trabajo (médico). Nos ocupamos de cuerpos, y muchas veces incompetentemente… Debemos hacer bien nuestra parte. Estudiar nuestra ciencia. Debemos ser médicos honestos, llenos de fe. Debemos cuidar de nuestros pacientes con bondad y dulzura, recordando que éstos son nuestros hermanos y hermanas; tener delicadeza y respeto. No olvidar que también hay que servir al alma de la persona enferma.
"¡Si supieras que diferente se juzgan las cosas a la hora de la muerte!... Que vanas parecen ciertas cosas a las que les dábamos tanta importancia en el mundo"
Nosotros [los médicos] tenemos la ocasión que el sacerdote no tiene. Nuestra misión no acaba cuando la medicina no sirve ya de nada. Hay que llevar el alma a Dios y entonces nuestra palabra adquiere autoridad. Cada médico tiene que entregarlo [al enfermo] al Sacerdote. ¡Cuántos médicos católicos así son necesarios!
Cuanto más se siente el deseo de dar mucho, tanto más a menudo se necesita recurrir al manantial que es Dios.
El Señor me quiso mucho. Vos sos el hombre que deseaba encontrar, pero no te niego que más de una vez me pregunto: “¿seré yo digna de él?”. Si, de vos Pietro, porque me siento lisa y llanamente nada, tan incapaz que a pesar de desear enormemente hacerte feliz, temo no poder lograrlo. Y entonces rezo así al Señor: “Señor, vos que ves mis sentimientos y mi buena voluntad, socorreme y ayudame para que pueda ser la esposa y madre que Vos deseás que sea y que yo pienso que también Pietro desea”.DE LA CARTA A SU NOVIO (11 DE MARZO DE 1955)
Encarnarse, ¿qué quiere decir? Quiere decir hacer que la verdad sea visible en la propia persona, hacer que la verdad sea afable, ofreciendo en nosotras mismas un ejemplo atrayente y de ser posible heroico. Para el hombre es siempre necesario ver, palpar, sentir, no se deja fácilmente conquistar por una palabra. El decir algo, solamente, no arrastra, mostrar si. Si Jesús hubiera invitado a practicar la pobreza solo con su discurso de la montaña «Bienaventurados los pobres…» pocos habrían buscado la felicidad en la pobreza. Pero él nació pobre, vivió pobre y murió pobre, así su ejemplo atrajo a Francisco de Asís y a todo ese ejército de almas que quiso seguirlo en la pobreza. […] Encarnarse quiere decir hacer que la verdad se torne visible en nuestra persona, es decir manifestar mediante vuestra humanidad a Jesucristo y a la belleza de la vida vivida según el Evangelio. Debemos ser las testigos vivientes de la grandeza y de la belleza del cristianismo. DE UNA REUNIÓN DEL CENÁCULO DE LAS ASPIRANTES DE LA ACCIÓN CATÓLICA (12 DE DICIEMBRE DE 1946)
Una madre o una esposa que lleva en su corazón las siete espadas de los dolores morales, a los que agrega la cruz de una salud débil o de la miseria, en una familia numerosa, ¡esa mujer es una mártir, una santa, sin que deba sufrir otro tormento, solamente si sabe amar como puede amar! […] «Amemos la cruz» y recordemos que para cargarla no estamos solas, está con nosotras Jesús que nos ayuda y, tal como dice San Pablo, en Él que nos conforta todo podemos. DE LOS APUNTES PARA LA CONFERENCIA DE SAN VICENTE (1947 – 1948)
No debemos en el apostolado ponernos nosotros en primer lugar, proclamarnos nosotros mismos, sino que debemos en cambio desaparecer y dar siempre el primer lugar a Jesucristo. Miren a San Juan Bautista. Los fariseos acuden a él para preguntarle si es el Mesías, pero él les responde: «No, no soy yo; yo no soy digno siquiera de desatarle las correas de las sandalias, más miren, allí está el Mesías» y señala a una persona envuelta en un manto. Y noten algo, a los mismos que lo escuchaban, a sus fieles, los manda para que vayan hacia Él y les dice: «Es necesario que Él, el Cristo, crezca, y que yo disminuya» ¡Qué humildad, qué desinterés! DE UNA REUNIÓN DEL CENÁCULO DE LAS ASPIRANTES DE LA ACCIÓN CATÓLICA (18 DE NOVIEMBRE DE 1946)
A uno le gustaría estar siempre bien, escapar del dolor, gozar… Para la salvación de las almas no basta la oración, la palabra, es necesario unir algo de nosotros, alguna gota de nuestra sangre, un poco de nosotros mismos. Que Jesús sea nuestro modelo. Llevar con alegría día a día la cruz que Jesús nos manda, con alegría. DE LAS CONFIDENCIAS HECHAS A SU HERMANA, SOR VIRGINIA, DURANTE LOS ÚLTIMOS DÍAS DE VIDA
«Sonreír a Dios, de quien nos viene todo don. Sonreír al Padre con las oraciones más perfectas, al Espíritu Santo. Sonreír a Jesús, acercándonos a la Santa Misa, a la Comunión, a la Visita al Santísimo. Sonreír a quien personifica a Cristo, el Papa. Sonreír a quien personifica a Dios, el confesor, incluso cuando nos exhorta a renuncias tajantes. Sonreír a la Virgen Santa, ejemplo al que debemos sujetar nuestra vida de manera tal que, a quien nos mire, podamos suscitarle solo santos pensamientos. Sonreír a nuestro ángel custodio, porque nos fue dado por Dios para conducirnos al Paraíso. Sonreír a los padres, hermanos, hermanas, porque debemos ser llamas de alegría, incluso cuando nos impongan deberes que vayan en contra de nuestra soberbia.Sonreír siempre, perdonando las ofensas. Sonreír en la sociedad, evitando toda crítica y murmuración. Sonreír a todos aquellos que el Señor nos manda durante la jornada. El mundo busca la alegría pero no la encuentra, porque está lejos de Dios. Nosotros, que comprendimos que la alegría viene de Jesús, con Jesús en el corazón llevemos la alegría. Él será la fuerza que nos ayudará». DEL CUADERNO DE APUNTES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE 1938 (16-18 DE MARZO DE 1938)
Paraíso. No podemos imaginar cuán bello es, cuán grande es. En el Paraíso no sufriremos más; no habrá más personas antipáticas, enemigas; gozaremos inmensamente. En esta tierra estamos todos contentos cuando entra en nosotros una pequeña porción de gloria. En el Paraíso en cambio, la gloria nos rodeará, nos encontraremos en un mundo de paz, alegría y consolación. […] Propósito: pedirle al Señor que me conduzca al Paraíso. […] De esta manera rezaré y con la ayuda de Dios entraré en el Reino de los Cielos con todos los santos y las demás almas santas. DE LOS APUNTES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE 1938 (16-18 DE MARZO DE 1938)

Tomado de: http://www.corazones.org/liturgia/santos/santa_giana_molla.html#escritos

Santa Gianna Beretta Molla

ORACIÓN A SANTA GIANNA BERETTA MOLLA


Dios, Padre nuestro,
te alabamos y te bendecimos
porque en Santa Gianna Beretta Molla
nos has concedido y dado a conocer
a una mujer, testigo del Evangelio,
como joven, esposa, madre y médico.
te damos gracias también porque
por medio de la entrega de su vida
nos enseñas a acoger y honrar a toda criatura humana.

Tú, Señor Jesús,
has sido para ella referencia privilegiada:
te ha sabido reconocer
en la belleza de la naturaleza;
cuando se preguntaba qué camino debía tomar en la vida,
te buscaba y quería servirte del mejor modo posible;
en el amor conyugal ha sido signo
de tu amor por la Iglesia y por la humanidad;
como tú, buen samaritano, se ha detenido
junto a toda persona enferma, pequeña y débil;
siguiendo tu ejemplo y por amor,
se ha dado totalmente, engendrando nueva vida.

Espíritu Santo, fuente de toda perfección,
concédenos también a nosotros sabiduría,
inteligencia y valor para que,
siguiendo el ejemplo de santa Gianna y por su intercesión,
en la vida, personal, familiar y profesional,
sepamos ponernos al servicio de todo hombre y de toda mujer
para crecer así en el amor y en la santidad.
Amén.

El testimonio

El testimonio
"Jamás creí estar viviendo con una santa. Mi esposa tenía infinita confianza en la Providencia y era una mujer llena de alegría de vivir. Era feliz, amaba a su familia, amaba su profesión de médico, también amaba su casa, la música, las montañas, las flores y todas las cosas bellas que Dios nos ha donado", confesó a la entrevistadora Pietro Molla, mientras sus ojos brillaban de intensa emoción. "Siempre me pareció una mujer completamente normal pero, como me dijo Monseñor Carlo Colombo, la santidad no está solo hecha de signos extraordinarios. Está hecha, sobre todo, de la adhesión cotidiana a los designio inescrutables de Dios", agregó.
Pietro Molla todavía recuerda cuando Monseñor Colombo lo llamó para pedirle introducir la causa de beatificación de Gianna. "Mi respuesta positiva fue muy sufrida. Sentimos que teníamos que exponer algo muy nuestro. La historia de mi esposa y su figura de mujer fueron cada vez más conocidas… A nosotros y a la familia de mi esposa nos seguían llegando numerosas cartas de todas partes del mundo. Nos escribían mujeres alemanas y estadounidenses que llamaban a Gianna "mamá"; que declaraban que en ella encontraban a una amiga y que afirmaban que se dirigían a ella cuando tenían necesidad de ayuda y que la sentían muy cercana…"

La oración que Gianna Beretta escribiera en el reverso de aquella imagen pidiendo que la luz de la gracia no se apagase en ella jamás, se hizo, según su esposo, realidad: "ahora veo que esta luz, que ha alegrado durante un tiempo lamentablemente brevísimo mi vida y la de mis hijos, se difunde como una bendición sobre quien la conoció y la amó. Sobre quienes le rezan y se encomiendan a su intercesión ante Dios. Y esto me hace revivir, de manera acongojada, el privilegio que el Señor me concedió de compartir con Gianna una parte de mi vida".

Tomado de:https://www.aciprensa.com/testigosdefe/beretta.htm

El milagro

La protagonista del milagro, ocurrido el 9 de noviembre de 1977 en un hospital brasileño, fue una joven parturienta quien se curó de septicemia infección generalizada del organismo. Las religiosas del hospital habían pasado la noche encomendando su curación a la intercesión de Gianna, cuya figura les era conocida porque el promotor del hospital era un hermano de la beata, médico y misionero capuchino en ese país. El Papa aprobó el decreto que reconocía sus virtudes heroicas y la beatificó.
El esposo de Gianna Beretta narra sus experiencias:
"Al buscar entre los recuerdos de Gianna algo para ofrecerle a la priora de las Carmelitas descalzas de Milán, recuerda el esposo de la beata Gianna Beretta, encontré en un libro de oraciones una pequeña imagen en la que, al dorso, Gianna había escrito de su puño y letra estas pocas palabras: "Señor, haz que la luz que se ha encendido en mi alma no se apague jamás".
Con ésta y otra anécdotas, combinadas con emotivas reflexiones, Pietro Molla reveló los perfiles desconocidos de su esposa Gianna Beretta, fallecida en 1962 y beatificada el 24 de abril de 1994 por el Papa Juan Pablo II. En una emotiva entrevista concedida a la periodista Giuliana Peluchi, Pietro dibujó un perfil de Gianna que definió con una sola frase: "Mi esposa era una santa normal".
Peluchi, autora de un libro sobre la vida de Gianna, recibió una repentina llamada de Pietro Molla, con quien se había reunido en numerosas ocasiones para elaborar la biografía de la "madre coraje" que prefirió ofrecer su vida antes de aceptar la operación que le costaría la vida a la niña que llevaba en su vientre.

"Van a beatificar a Gianna", le dijo Pietro, emocionado, por teléfono. La periodista, atónita, solo atinó a pedirle una última entrevista, ya no en busca de datos biográficos, sino para escuchar un testimonio de Pietro sobre la vida de su esposa.

Tomado de: https://www.aciprensa.com/testigosdefe/beretta.htm

Vida de Gianna

La vida de Gianna Beretta Molla



Gianna Beretta nació en Magenta, Italia en el año 1922. Estudió la carrera de medicina y en 1955 se casó con el ingeniero Pietro Molla. El joven matrimonio tenía ya tres pequeños y cuando Gianna esperaba su cuarto hijo con tal solo dos meses de embarazo, se le diagnosticó un cáncer de útero. Había que operarla sin más tardanza. Gianna pidió expresamente al médico que el tumor le fuera extraído sin dañar la vida de la criatura que tenía en el vientre. Dijo: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid la suya, Salvadlo, lo exijo» Fue una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia».
Una vez operada, pasó los seis meses orando y aceptando lo que el señor quisiera de ella, hasta el nacimiento de Gianna Emanuela, que así se llamó la niña que nació el 21 de abril de 1962. Después de una semana de atroces dolores, Gianna Beretta murió el 28 de abril de 1962, a la edad de 39 años.
Juan Pablo II beatificó a Gianna Beretta en una solemne ceremonia en la plaza de San Pedro, en Roma el 24 de abril de 1994, dentro del año internacional de la familia. Fue canonizada por el mismo pontífice, el 16 de mayo de 2004, y hoy es la patrona de las mujeres embarazadas y de los movimientos pro-vida.

Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Gianna_Beretta_Molla

¿Quién fue Gianna Beretta?

Gianna Beretta Molla

Fue una médica pediatra y laica católica italiana, muerta prematuramente de un cáncer uterino, pero prefiriendo salvar la vida de su hija aún no nacida antes que la suya.

Santa Gianna Beretta Molla - Chiesa del Gesù e dei Santi Ambrogio e Andrea - Genoa 2014.JPG


Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Gianna_Beretta_Molla